miércoles, 4 de mayo de 2011

Hielo y fuego.

El estreno en Canal + (es decir, lamentablemente en cadena de pago) de la serie Juego de Tronos nos recuerda la existencia de una de las grandes sagas de fantasía, espada y brujería en construcción. Nos referimos a Canción de Hielo y Fuego, de George R.R. Martin, de la que hasta la fecha se han publicado los cuatro primeros libros de seis (los lectores esperamos con bastante impaciencia la publicación del quinto, A Dance with Dragons, en julio de este mismo año).

He confesar que yo no sabía nada de George Martin hasta que me hablaron de él de manera casual y en un entorno nada literario. Me llamó la atención el comentario de mi corresponsal: "este tío, si tiene que matar a un personaje, lo mata y en paz... no alarga innecesariamente la trama con el fin de mantener a los que le caen bien o mal...". Como comentario de texto dicho aserto carece de elegancia pero sí resultó en mi caso lo suficientemente convincente como para que me interesara por un ciclo de historias que, en el fondo, constituyen un gigantesco culebrón familiar (como Hamlet, dicho sea de paso), narrado con eficacia y belleza (ni que decir tiene que recomiendo su lectura en lengua original inglesa... sí, ya sé que es difícil... sí, ya sé que es muy largo...).

Decir que George R.R. Martin es un autor de culto (no por su rareza sino por la adoración que le profesan sus numerosísimos lectores) en el ámbito de la literatura fantástica es una perogrullada, pero como todas las perogrulladas, una verdad como un templo. De su abundante obra destaca el ciclo antes mencionado, pero ha tocado el cuento, la literatura juvenil, el guión cinematográfico y televisivo y básicamente todos los ámbitos en los que la palabra escrita sea clave. Su apacible aspecto de pescador retirado encubre una imaginación febril y una pasmosa habilidad para desarrollar tramas complejas cuyo desarrollo paralelo, no obstante, nunca logra confundir al lector. Y, efectivamente, varios de nuestros personajes favoritos de la saga han ido cayendo por presiones de la conveniencia narrativa, pero se lo perdonamos, porque es  virtualmente imposible dejar de leer.

De modo que, a ello; según la completa página web oficial de este autor aún quedan 68 días para la aparición de A Dance with Dragons, tiempo más que suficiente para ponernos al día leyendo los cuatro tomos anteriores (sólo son unas cuatro mil páginas, pero qué páginas...).

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