sábado, 28 de mayo de 2011

Qué duro es ser héroe...

En una canción mítica, David Bowie intentaba convecernos de que todos podíamos ser héroes por un día. Para algunos personajes de la nueva hornada de aventuras juveniles, lo de ser héroe se convierte en un descubrimiento: a) sorprendente; b) cargante; c) extremadamente peligroso para la salud física y mental. Percy (diminutivo de Perseus... y no, no porque sus padres vieran culebrones o fueran aficionados a la astronomía) Jackson responde a este perfil de chaval más o menos normal (mal estudiante, deficit de atención, amigos escasos y además raros, familia disfuncional) que un buen día descubre que su padre biológico es tan,  tan especial... que debe, literalmente, bajar hasta los infiernos para solucionar un entuerto. Lo habitual para un adolescente contemporáneo. Sólo que no tiene lugar en una pantalla.

Con Percy Jackson and the Lightning Thief, Rick Riordan inaugura la serie Percy Jackson and the Olympians, en lo que es una interesante combinación del currículo de Cultura Clásica con aventuras en el mundo contemporáneo en el que los dioses del Olimpo no sólo tienen una presencia artística o cultural, sino una considerable influencia. Como Riordan obvia todo tipo de conflicto teológico con otros dioses y/o religiones, leer Percy Jackson and the Lightning Thief se convierte en una experiencia de mero entretenimiento que ayuda muy satisfactoriamente a pasar un par de tardes ensimismado en una historia que, en algún momento, roza la verosimilitud.


La trama se sigue sin dificultad y está salpicada de el número suficiente de sorpresas y sustos para que no decaiga en ningún momento, los personajes protagonistas son creíbles y atractivos y sí, se aprende mitología clásica. Y luego está ese dios de la guerra, Ares, presentado como un Ángel del Infierno sobre una Harley, que no tiene precio... ni perdón. En vista de que Riordan ha emprendido ya una revisión de la mitología egipcia a través de otra serie de aventuras juveniles (The Kane Chronicles), nos preguntamos cómo retratará a Anubis, el de la cabeza de chacal...

No hay comentarios:

Publicar un comentario