Vuelven los caminantes.

No está mal, de vez en cuando, hablar de televisión.  Aunque sólo sea para escandalizar a uno de los cuatro (ni más ni menos) seguidores que tiene este blog, del que sabemos a ciencia cierta que no ve la tele ni producto cinematográfico posterior a 1920.

Pues bien, hoy hablamos de televisión. Porque, de vez en cuando, sale por ella algo que nos sorprende. 

Que conste que no tengo la intención de ir de entendida cool al estilo de la ñoña cronista del medio de la revista Wired (hasta ahora considerada por la abajo firmante como una de las revistas más interesantes del panorama, pero que ha caído varios enteros tras la contratación de una articulista pazguata), sino de constatar que, de todas las series americanas que copan nuestro sufrido prime time, The Walking Dead es probablemente las más honesta en sus objetivos y la que mejor los alcanza. Entretenimiento puro y duro, sin mayor aspiración que la intentar que la audiencia pase un buen rato con un producto respetuoso, bien filmado e interpretado y completamente coherente pese a lo original del punto de partida. 

Supongo que mi colega cinéfilo apuntará "No me extraña, pues está basado en la serie de comics (perdón, novelas gráficas?) de Robert Kirkman y Tony Moore, y recibió el Eisner Award (el Óscar del mundo gráfico) en 2010...".  Qué será que tienen los comics o las novelas gráficas, que todo lo que se basa en ellos parece recibir un halo extra de prestigio... ¿ocurrirá lo mismo con la película que tiene como protagonista a Tintín, o los expertos se están ya afilando las garras para destripar a Steven Spielberg, responsable, tal vez, de un posible tintinicidio?

Sea como fuere, deseo a los fans de los caminantes, que sé que entre nosotros son bastantes, disfruten con su regreso y se cuiden de sus mordeduras. Yo me voy a empaquetar una película de 1927, muda con subtítulos en sánscrito, que he encontrado en el fondo de una caja de libros y que supongo que le encantará a mi colega cinéfilo. Va de una mujer del Punjab que se gana la vida cultivando acelgas en un terruño periódicamente inundado por las crecidas de un río cercano, y creo que hay unos planos de las acelgas creciendo a tiempo real que dejan al público sin palabras...